Estábamos
en grupo, organizando alguna acción, donde era importante lograr
cierta pacificación, en un público o una grupalidad en sí, que
sufría alguna alteración por circunstancias que no vinieron de este
lado de la conciencia. Y había que decidir si salir a escena cuando
se calmase un poco esa turbación. Incluso estaba en juego el ponerse
a tocar cuencos tibetanos o no hacerlo. Y yo decía que había que
salir en ese mismo momento, recordaba a Blanca Rizzo. Y ponía en
referencia la frase “La potencia de un cuerpo y una mirada en total
estado de presencia pueden detener un ejército”. La decía con
ímpetu, para darnos ánimo y salir. La imagen que se aparecía en
ese momento al decir la frase era Blanca en estado de presencia
absoluta, en una ritualidad clarísima, de pura tierra y cielo
unidos. En total creencia en los valores solidarios de la
humanidad.
Era un estado de firmeza total, concentradísima. Y al
repetir la frase, aparecía como sentimiento muy clara la sensación
de confianza irrenunciable en nuestro ser al evocar ese estado de
pura presencia.
Foto: Rodaje del video "Saravá" del grupo Duratierra, dirigido por Tomás Larrinaga.
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