sensaciones y pensamientos


Escrituras



18.3.11

Rituales de agua

Abrazo de sal


Juntos, sintieron que las voces del mar los llamaban. Y aceptaron el bautismo húmedo.








Diego Oscar Ramos




En la mañana en que los anillos llegaron a su puerta, se levantó con las primeras gotas del sol. Se afeitó con todo el jabón que encontró, miró la última arruga en su alegría nueva y abrió los brazos.

Desnudó de roces viejos la camisa más amable, plantó semillas, como lo habían indicado en el local de los árboles fieles, antes de diseñar las entradas y salidas de un laberinto húmedo.

Todos los pasos coincidieron con la memoria de lo que llegó dictado, con mapas e ilustraciones, en los sueños con bruma dulce. Entonces sintió que era momento para dedicarse un minuto lúcido en su juego con espadas de agua.

Miró al cielo del mediodía tibio, mojó sus dedos en la hierba,  olió el ímpetu caluroso de los ánimos veraniegos. Y tomó la mano de la mujer de tules violetas.

Con signos de albahaca entre los dedos, dejó que el aroma a hierba fraterna dibujara un marco delicado. Y penetró suave en el idioma de los deseos femeninos.

Se conjugó al instante una protección perfumada, un conjuro de palabras de néctar y caricias de seda, bajo la sombra sabrosa de cientos de uvas frescas.

Cuando supieron que era el tiempo, alejaron nubes de tormenta con ojos de firmeza y caminaron hacia el mar, en silencio.

En los bordes del mundo, dejaron que la sal brillara en sus pies, miraron al cielo con ojos de pez y se arrodillaron juntos, entregando su orgullo a las aguas. 


2 comentarios:

Zoe Rodríguez dijo...

Me encanto (felicitaciones)

Zoe Rodríguez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.