sensaciones y pensamientos


Escrituras



25.6.14

Encuentros



Hola, ¿estás ahí?





Instantes de diálogo, con preguntas, respuestas, silencios y otros condimentos, de esa ruta, constante, que se construye al andarse.







Diego Oscar Ramos
(texto e imagen)




- Yo: Sí. Claro. Ahí estás.

- Ello: ...

- Yo: Claro. ¿Cómo estás? ¿Estabas esperando?

- Ello: ...

- Yo: Ah. Sólo estabas.

- Ello: ...

- Yo: Era yo que estaba esperando que me esperaras. 

- Ello: ...

- Yo: Ahora entiendo. Todo.

- Ello: ...

- Yo: Y entonces. ¿Qué es lo que tengo que hacer?

- Ello: Dejar de preguntar. 

- Yo: ¿Y ahora? 

- Ello: ...

- Yo: Cierto, que la cosa era no preguntar ya. Bien. Me entrego a lo que está pasando.

- Ello: Pensás todavía. Y mucho.

- Yo: Uf.

- Ello: Y te quejás con ese suspiro.

- Yo: Ah. Pero me estás hablando.

- Ello: Sos vos quien me quiere escuchar.

- Yo: Pero estás diciéndome cosas.

- Ello: Estás siendo estado de escucha de algo que necesitás oír.

- Yo: ¿Pero estás acá o no estás?

- Ello: ¿Y vos estás acá o no estás?

- Yo: Creo que sí, podría jurarlo.

- Ello: ¿Alguien pidió que hicieras un juramento?

- Yo: No, pero sentí que me creerías más si decía eso.

- Ello: Bien. Estás con un tema de confianza que salió a la luz en esta línea de diálogo.

- Yo: Entonces estás acá. Y estamos dialogando.

- Ello: Entonces hablábamos de juramentos y confianzas.

- Yo: Y credibilidades.

- Ello: ¿Crees en vos mismo?

- Yo: ¿Por qué me lo preguntás?

- Ello: ¿Quérés ganar tiempo para pensar con esta repregunta?

- Yo: Quiero ganar.

- Ello: Bien ahí. O sea. Estás en estado de pregunta y te viene bien este juego de preguntas y de respuestas.

- Yo: Puede ser. Quería hablarte. Y siento que estás frente a mí.

- Ello: Estoy siendo, como era en un principio.

- Yo: Ahora y siempre.

- Ello: Por los siglos de los siglos.

- Yo: Si digo amén parece que estamos rezando.

- Ello: ¿Y eso que te hace sentir?

- Yo: Me hace sentir que rezar puede ser una linda forma de comunicarnos con calma, con entusiasmo, con paz.

- Ello: Mucho pensamiento dando vueltas.

- Yo: ¿Me estás retando?

- Ello: ¿Querés sentirte retado?

- Yo: Me hiciste recordar tiempos lejanos.

- Ello: ¿Hablás de la infancia?

- Yo: Hablo de algo que apareció en algún lugar del cuerpo cuando mencionaste la palabra retar.

- Ello: ¿Imponerse retos te parece una forma de recuerdo de la infancia?

- Yo: Nunca lo había pensado así, más bien parece que los retos son una especie de desafío que nos ponemos para llevarnos a nosotros mismos a otro lado.

- Ello: ¿Ganar es ir del otro lado?

- Yo: No me acordaba que había hablado de ganar, eso lo dejamos de lado.

- Ello: ¿Hablás por mí también? ¿Cómo sabés que lo dejé de lado?

- Yo: Bueno, es cierto, hablaré por mí.

- Ello: ...

- Yo: Quiero pasar del otro lado, aunque aún no sepa del todo lo que habrá del otro lado, es apenas una sospecha de bienestar mayúsculo, que sospecho por momentos gloriosos en que creo haber estado allí.

- Ello: Y si ya estuviste, ¿por qué te fuiste?

- Yo: ...

- Ello: ...

- Yo: Me descolocaste con esa pregunta.

- Ello: ¿Sentiste como si te hubiera tocado con mis palabras?

- Yo: Como si me hubieras desplazado de una roca que creía sólida en su sitio.

- Ello: Tu serás mi roca.

- Yo: Eso sonó como el inicio de una relación maestro discípulo.

- Ello: ¿Y eso te hace sentir bien?

- Yo: Bueno, uno suele buscar referencias, apoyos, guías.

- Ello: Y ahora la guía que buscaste te sopló el palacio de cartas.

- Yo: ¿Pero no hablábamos de una roca?

- Ello: De una roca que puede ser de papel.

- Yo: Uf.

- Ello: Vuelve la queja, aunque la percibo más suave.

- Yo: Si percibís es que estás acá.

- Ello: Estás más ocupado en que esté yo.

- Yo: Es que si estás acá, no me siento solo.

- Ello: ¿Necesitás de mi aprobación para sentir que tu roca no es de papel?

- Yo: Tal vez lo que quiera es que me digas que estoy también. Y que hay algo sólido bajo mis pies.

- Ello: ¿Cómo podría yo saber que lo que pisás es sólido si los pies son tuyos?

- Yo: ¿Y cómo podés preguntarme eso si te creía presente en cada gramo de materia que hay en el universo?

- Ello: Es muy linda la imagen con la que acariciás tus neuronas, amantes naturales de las sentencias absolutas.

- Yo: Me tranquiliza sentir, ahora mismo, que tu presencia es real.

- Ello: ¿Y qué sentís con respecto a tu propia presencia?

- Yo: ...

- Ello: ...

- Yo: Siento, luego existo.

- Ello: ¿Por qué luego?

- Yo: ...

- Ello: Uf.

- Yo: Te quejaste vos también.

- Ello: ¿Y qué sentiste con eso?

- Yo: Que soy humano.

- Ello: ¿Si yo me quejo vos sos humano?

- Yo: Es que sentí que me estabas imitando, jugando con algo que es muy mío. Y ahí sentí que era un ser humano.

- Ello: ¿El ser humano es humano porque se queja?

- Yo: No solamente. Pero empecemos por algo. Ahí surgió algo que no encontré que pudiese ser parte de nada de lo que conozco con vida.

- Ello: O sea, aclarando un poco los tantos, nunca viste a nada vivo que tuviese una actitud de queja ante las cosas que le pasan.

- Yo: Bueno, me parece que no. Oh, más bien, siento que no, con certeza.

- Ello: ¿Conocés entonces todas las manifestaciones de vida que puede haber en todo lo que existe?

- Yo: No necesito saberlo con la mente, fue una especie de pálpito inmediato, que me hizo sentir abrigado de certezas.

- Ello: Que bueno que sientas calor en esa sensación.

- Yo: ¿Me estás aprobando la sensación?

- Ello: Veo que estás atento.

- Yo: En otro instante te hubiera agradecido. Pero no tengo ganas de decir nada de eso. Me siento bien, ahora. Y me agradezco tanto.

- Ello: ¿Qué te agradecés?

- Yo: Este instante. Y los pasos que estoy dando. Ahora.

- Ello: Estás cruzando.

- Yo: Sí. Estoy llegando.

- Ello: Mis brazos te esperan.

- Yo: Mis brazos te buscan.

- Ello: Estoy.

- Yo: Estoy.

- Ello: ...

- Yo: ...

- Ello: ¿Y ahora?

- Yo: Ahora te encontré.

- Ello: ¿Y qué sentis?

- Yo: Que me quiero mucho.

- Ello: Felicidades. Bienvenido a este lado.

- Yo: Muchas gracias.

- Ello: ¿Ya no más preguntas?

- Yo: Claro.

- Ello: Bienvenido nuevamente.

- Yo: ¿Puedo preguntar algo más?

- Ello: ¿Hace falta?

- Yo: Sí.

- Ello: Bueno, una sola pregunta.

- Yo: ¿Estoy acá?

- Ello: ¿Cómo?

- Yo: ...

- Ello: ...

- Yo: ¿Te lo creíste?

- Ello: Creo en vos.

- Yo: También creo en mí.

- Ello: Sigamos andando entonces.

- Yo: Sigamos. Por los siglos de los siglos.

- Ello: Así será.

- Yo: Así es.

- Ello: Ahora.

- Yo: Y para siempre.

- Ello: ...

- Yo: ...

- Ello: Bueno, pero mejor sobre el tiempo hablamos en otro momento...

- Yo: ...

- Ello: ...

- Yo: Sin más comentarios entonces.

- Ello: ...

- Yo: Por ahora.

- Ello: ...


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