sensaciones y pensamientos


Escrituras



2.2.13

Transformaciones

Sé que están bien 





Palabras que llegan, una a una, para transmutar en calma, lo que la vida enseña con dolores y partidas.


Diego Oscar Ramos 




Para mi madre y mi padre




Es ahora. Todo el tiempo se construye en este momento lleno de momentos, adentro de adentros, con todos los segundos que se amontonan en el salto que transforma una lágrima en sonrisa. 

Es ahora, cuando la vela que prenderé para rezar por el alma de mis padres ya está iluminando lo que siento, igualando en ese balanceo de la llama con el viento lo que está pasando por dentro, esa mezcla de certeza con dolor, de calma con turbulencia.

Es ahora, en este temblor de las tripas y en esta claridad que percibo en el centro de mi frente, que juegan solemnes algunos sentires, con risotada de duendes y delicadeza de ranas en un estanque de oro.

Es ahora, impactado por la potencia de lo que es como es, que me enfrento al silencio feroz de una casa con ausencias. Y al mismo tiempo sé que habrá paz, que nacerá de una transformación.

Es ahora, con el cuerpo bendecido por el agua, que miro a los ojos a la vida, le digo que estoy preparado, para que los caminos que sean para mí los llegue a recibir con gracia, determinación y alegría.

Es ahora, en este mismísimo segundo donde las palabras nacen, que junto en una bolsa resistente cada movimiento insensible que haya salido de mis pasos. Y lo arrojo con ojos colorados al sitio que la energía sabia que organiza las cosas destina a toda acción que haya causado dolor.

Es ahora, cuando la potencia de la partida devastadora de quienes me dieron vida ha dejado huellas en el alma dolorida, que le hablo a la fuerza que hace crecer las plantas. Y le agradezco todo lo aprendido, además de pedirle más de una tormenta que lave poco a poco las tristezas.

Es ahora, que pude acompañar con dulzura y firmeza el pasaje de quien me trajo al universo al otro plano, que quiero tener como regalo la atención más plena. Para andar siempre con un cuidado que sepa ser amigo de la aventura y compañero cariñoso de la sensibilidad más humana. 

Es ahora, que aprendo con urgencia los dones del estar muy presente en todo lo que pasa, que aprecio una calma que conozco desde niño y la siento como uno de los tesoros más poderosos que me han dado al nacer. Gracias entonces a mis padres, que se entregaron al impulso irracional y hermoso de traerme a la vida. Y pocos años después hicieron lo mismo con mi hermano. 

Y es ahora, cuando la magia y el sentido de la existencia se manifiestan aún en los instantes más dolorosos, que entrego esa parte del cerebro que se embriaga con preguntas interminables y me convierto en sensación impetuosa de vitalidad, para ser quien vine a ser. Y sentir mucho más, todo.   

4 comentarios:

Unknown dijo...

Belissimo!

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Julieta dijo...

sé que están juntos, sé que están bien...

Federico Rico dijo...

GRACIAS por brindarnos tanto AMOR iluminado, amigo Diego. Tu poesía es un canto a la vida, un canto solemne, justo, a veces desgarrado, pero también feliz y valiente. Merced a tu coraje de encarar el dolor así sin más, en crudo, y verterlo en palabra emocionada, quienes te leemos nos hacemos más conscientes de la belleza que comporta la experiencia de existir, sea en la forma que sea. Tras leerte me siento más humano, más sensible, más bueno, más tierno y -curiosamente- más fuerte. GRACIAS por ser el hombre que eres, compañero.

Un abrazo colosal.