sensaciones y pensamientos


Escrituras



14.11.09

Apariencia y esencia

Palabras de arcilla


Moldeando ideas sobre el arte  de la entrevista.






Diego Oscar Ramos




    Podría parecer, visto de afuera, que es sólo una charla. Uno actúa, o los dos implicados lo hacen, que apenas es parte de una conversación. Y al mismo tiempo, cuando las cosas funcionan, cuando hay verdad en la acción realizada, lo que acontece es todo menos una actuación. El pasillo de la actividad, la antesala, el lugar donde se realiza la preparación para el acto mágico, se da en los primeros minutos, en la llegada al sitio, en las miradas iniciales, en el saludo entre entrevistado y entrevistador. Puede haber agentes de prensa, puede no haberlos, puede haber soledad en el encuentro, puede haber un séquito de colaboradores del personaje dispuesto a hablar para que sea publicada una cadena de palabras salidas de su boca. O puede estar solo frente al periodista, lo que hará siempre más fácil la producción de un espacio de creación donde ideas o biografía lleguen, con suerte y disposición, a ser un material que se entregue libre a una esculturización hecha de gestos, vocalizaciones, pensamientos y sensaciones. Porque hasta las anécdotas más íntimas que lance el entrevistado sobre su vida, envueltas en la tela de la performance periodística, pasan a ser una arcilla suave para construir un objeto tan bello y significativo como una música acariciadora. 

     Cuando hay armonía en el encuentro, cuando en verdad se dio la conjunción de estados de apertura, se vuelve tan importante la investigación previa del periodista como el talento en olvidarse de todo, para que lo que suceda sea lo que allí tiene que suceder, para que la dinámica de lo que se abrió allí sea la que lleve el punteo de lo que sea dicho. Claro que ese olvidarlo todo podría traducirse en un estar seguro de que el guión ya ha sido incorporado, que el cuerpo ya grabó esas coordenadas, pero que el que traerá su lógica de totalidad será el mismo encuentro, donde el mapa se las verá con el territorio. 

    Porque no se trata sólo de información, aunque esa pueda ser la mercancía que nos pidan y haya un paisaje que debamos fotografiar para que la entrevista pueda ser publicada. Se trata de que logremos construir un puente, un canal de diálogo verdadero, para que la información tenga carga de verdad y logre ser música para quien la reciba. Un papel de diario puede llevar consigo una melodía que regale sentidos esenciales en un instante donde la apertura de algunos sentidos acontece en la persona a quien un mensaje le llegó en el instante preciso en que las palabras se transforman en acción y traen movimiento. Si eso acontece, el puente moldeado en la entrevista extenderá sus límites y dará nuevos sentidos a esa ficción bendita de dos que se encuentran para hablarle a cientos, miles o millones que encuentran fotos propias, esparcidas entre las palabras ya dichas. El puente se hace de a muchos.      

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