Recuerdos musicales como don de respeto ante la partida de un ícono cultural americano.
Diego Oscar Ramos
Mercedes Sosa en Argentina era el disco que acompañó el clima de regreso a la democracia y también el fin de mi escuela primaria. Recuerdo que se escuchaba mucho en la casa de la infancia, en esa época mis cintas propias eran otras, era Thriller, era Pipas de la paz, era Lionel Ritchie, era Culture Club, eran los primeros esbozos de mis escuchas intensas de Los Beatles, también era En transito, de Serrat, que era el que escuchaban los grandes, pero a mi me gustaban esas canciones, algunas más que otras. Lo cierto es que entonces se dejaba el cassette entero, de un lado y del otro, no había mp3 ni control remoto del equipo, había que adelatar adivinando el pasaje de un tema al otro, algunos equipos tenían el identificador de silencio, pero lastimaban la cinta, así que la costumbre era dejar el transcurrir entero del cassette. Y hoy podría traer toda esa época si dejo las secuencias enteras de esos temas de Serrat y los de Mercedes. Con esos dos discos, se podía respirar en el aire que había algo nuevo, quizás era la democracia, quizás era la adolescencia que se venía, quizás era el prestarle otro estado de atención a todo, a la música, a las canciones de letras que decían cosas que dejaban a los grandes con cierta felicidad o satisfacción de escuchar esas palabras, todas juntas, esas y no otras.

2 comentarios:
Querido Diego, al leer tus palabras me identificaba con ese compromiso de expresar la fortuna de haber compartido un tiempo en este peregrinaje por la tierra con alguien que fue grande. Aunque su nombre no estuviese tan presente en nuestros casetes de la adolescencia, se evidencia que La Negra consiguió amar y rodearse de amor, y allí necesariamente hay una infiltrada divinidad en acción. Gracias por representarnos, Diego, con tu artículo. Paz para Mercedes.
(Mi identidad me salió como A.L. porque tenía abierta otra cuenta de gmail. Abrazo Diego! Álvaro)
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