Espacios de ser
El alma se manifiesta. Y el cuerpo entero percibe la dimensión del amor, en cada poro del espíritu. Y cada célula del ánimo.
Diego Oscar Ramos
(texto y dibujo)
(texto y dibujo)
De repente estamos dentro.
Y el color amarillo nos abraza, como una abuela de brazos fuertes y alma intensa.
Puede pasar en cualquier circunstancia.
Pero es esta, la única, la eterna, la belleza de la presencia del alma, que llena todos los recovecos del sentir.
Y nos transforma en sonrisa de niño, en entusiasmo de jugar un instante, que se manifiesta ahora, para gozar de una vida en colores cálidos y sanar vínculos, enlazar voluntades cantoras y manos amigas.
Y es así. De repente estamos adentro.
Es una burbuja de paredes transparentes y acceso directo al cielo de mapas hermanos.
Somos parte de una escena que parece escrita con luces de fuego. Y sentidos de agua fresca.
La vivimos con paz de fluir y un andar galáctico.
Agradecemos esto que nos está pasando, que podrá visitarse con respiración expandida, en futuros recuerdos de lo que supimos dejar ser, en tiempos de vida vivida, cuando todo lo que somos se convierte en puro ser que, por bendita gracia terrenal, apenas es.
Y lo agradece.
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