De este lado del tiempo
Sensaciones de agua abrazan un alma inquieta, que busca andar con pasos firmes y el corazón atento.
Diego Oscar Ramos
Presencia real, en el centro del pecho, ahora que las rosas de tu jardín me hablan en un lenguaje de ojos húmedos y almas abrazadas a lo que es poderoso, porque solamente es, porque ya nació, porque está de este lado del tiempo.
Presencia real, en el agua de mis pensamientos, que van muchas veces en paralelo a lo que el cuerpo quiere como regocijo cotidiano, por lo que le manda cartas certificadas para llamar la atención de la mente y pedirle descanso.
Presencia real, en la certeza de las tormentas, que se abren espacio entre los dedos de los pies, para mojar de transparencia los pasos que daremos desde este mismo segundo en que las palabras acompañan el ímpetu del corazón atento.
Presencia real, en el espíritu empapado, que sueña con una integración gozosa de tierras, mares, desiertos y montañas, en un mapa vivo, de ser humano que baile los misterios con esperanza de calor solar, aún en la noche más oscura.
Presencia real, de la potencia de transformación, en las manos que acarician, en las ideas que se alinean al afecto, en las caminatas en silencio, escuchando la música del orden con que las cosas saben ser caos, para bendecirnos de armonía eterna.
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